Los talentos salen de los deseos de las vidas pasadas.

03-02-2008

Voz original (29:10 – 38:00) Datei 3

Una mujer joven pregunta por los talentos, ella tiene un talento para la química, y para la pintura. Estos talentos salen de las vidas pasadas.

Maheji dice: Si.

Mire, yo te comunico la filosofía. Si te dedicas a la química, a la pintura, a la música, estos son deseos de las vidas pasadas. Cuando tu prácticas algo de esto se cumple los deseos de las vidas pasadas y en esta vida se crean nuevos deseos. Y cuando un deseo se ha cumplido, la mente se dirige automaticamente al siguiente deseo. Y cuando mueres con un deseo, debes cumplirlo en la vida siguiente. Así se produce el ciclo de la vida y de la muerte y sigue de esta manera.

1.     El objetivo de esta vida es terminar este ciclo.

2.     Nuestro destino es lograr la inmortalidad, que te quedes para siempre en la bendición.

3.     Es nuestro destino lograr la verdad, dónde no hay ningún cambio, dónde no hay tiempo.

4.     Lograr la bendición permanente esto es el destino de la vida.

5.     Lograr inmortalidad esto es el destino de la vida.

Los deseos tienen una naturaleza transitoria, pero tu existencia no es transitoria.

Has sido, eres, y siempre serás.

Solo el cuerpo se cambia según tu karma, hay karma buena y mala. El karma se cambia contigo como se cambia tu sombra en el sol. No puedes ser sin esta sombra, no puedes ser sin tu karma. Para superar tu karma debes dormir o meditar.

Cuando duermes no produces karma. En la meditación profunda no produces karma.

Vuelvo a tu pregunta, deberías disfrutar mucho de la pintura y la quimica. Todo que puedes hazlo para satisfacer este pensamiento totalmente. Este deseo es un fuego y si no lo pagas, vuelve a activarse otra vez. Tienes que hacerlo. Vendrá un tiempo dónde no pintes más y tampoco te interese la química. Es decir, el deseo se ha cumplido.

Díos no te dió este deseo, tu misma has creado este deseo. No te quejes a Díos que Él te haya hecho quimico y no músico.

Los pensamientos de esta vida llevan la huella a tu vida siguente. Si tienes en el momento de la muerte deseos no cumplidos, te conducen a la vida siguente.