10. 07. 2003
Se
da clase a un grupo de alumnos de Yoga que no tiene trabajo, que están en el
paro y que se encuentran en una situación desesperada.
Delante de la clase pido
la bendición de Mahesh.
Mahesh dice: Voy a rezar
a la Madre Divina. Pero deberían estar seguros, de que cada ser vivo y cada ser no vivo está bajo una
protección desconocida.
Es el deber de toda
persona, confiar en esa invisible fuerza divina.
Cualquier situación
presente se rige por los principios a los que pertenece toda la vida, pero estos
principios nunca son previsibles. Es lo mismo que cuando uno tiene su comida en
la cárcel, nosotros igualmente nos
encontramos en una gran prisión natural.
Cuando has llegado a
este mundo, recibes alimentos y las cosas que necesitas.
Si es lo mínimo
que necesitas o no, todo
depende de tu pasado.
La orden es:
Tienes que esperar y alégrate
de que lo tengas en este momento.
Ten confianza y valor
para aceptar el tiempo que vives
cada día.
Si no te animas pierdes
fuerza. No solo pierdes fuerza también alargas el tiempo de sufrimiento. La
conexión con Dios está molesta.
El camino más rápido
es:
Desarrolla amor y
confianza en Dios. De esta manera se abre el tesoro que está en ti, por sí
mismo.
Te aguarda la confianza
y un amor inocente en la fuerza invisible.
Pienso que esta lección
da ánimo y fuerza a todos.
Rezo a la Madre Divina
para que ellos comprendan mejor su situación.